Aprender para vender: el arte de hacerlo tuyo

Aprender para vender: el arte de hacerlo tuyo

La importancia de la esencia del producto

Fecha

September 4, 2025

September 4, 2025

Tema

Ingeniería

Ingeniería

Autor

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Ximena Tirado

Ximena Tirado

Un buen chef no necesita leer la receta cada vez que prepara su platillo estrella. Conoce los ingredientes, sabe cómo reaccionan al fuego y, sobre todo, le da su propio toque. Dale la misma receta a diez cocineros y cada uno creará algo distinto. Vender un producto funciona igual. Cuando lo comprendes de verdad, no necesitas guiones ni pantallas: puedes explicarlo con tus palabras y tu estilo. Eso es lo que lo hace auténtico.

Lo comprobé en el AWS Summit de Amazon. En pleno evento se cayó el Wi-Fi y nuestras demos dejaron de funcionar. Podríamos habernos detenido… pero no lo hicimos. Hablamos del valor de Vambe solo con la conversación, improvisando con lo que teníamos a mano. Conocíamos los ingredientes de memoria.

Ahí entendí algo clave: la seguridad real al vender no viene de memorizar, sino de dominar la esencia del producto.

Desde que entré a Vambe, algo que me ha ayudado mucho es aprender a pensar como ingeniera (imposible no contagiarse en este equipo de cracks). No porque vaya a programar, sino porque ese enfoque me permite descomponer un producto en partes, entender cómo se conectan, anticipar problemas y diseñar mejores explicaciones. Es como conocer la ciencia detrás de los ingredientes: te da claridad para improvisar, seguridad para explicar y herramientas para transmitir valor con confianza.

Al aprender sobre un producto nuevo, al inicio todo parece complicado: pasos infinitos, términos raros, miedo a equivocarte. Pero con práctica, llega el momento en que dejas de seguir instrucciones y empiezas a fluir. Entonces, el conocimiento se vuelve tuyo.

Tres formas de acelerar ese proceso:

  1. Empieza por el impacto, no por lo técnico.
    Nadie se enamora de la harina; se enamora del pan recién horneado. Muestra cómo cambia la vida del cliente, no solo funciones.


  2. Usa tus propias comparaciones.

    Cada vendedor tiene su estilo, como cada chef sazona distinto. Encuentra analogías que te hagan sentido: si lo entiendes, lo transmites fácil.


  3. Cuenta tu historia sin apoyos.

    El verdadero test es explicarlo en una charla casual. Si alguien ajeno entiende, ya dominas la esencia.

Lo que conecta no es sonar técnico, sino transmitir claridad con tu propio estilo.

En ventas, no hay una única forma correcta. Igual que en la cocina, no hay un sabor perfecto. Lo importante es dominar lo básico y luego atreverte a hacerlo tuyo.

Aprender un producto es como cocinar por primera vez: al principio sigues la receta, pero con tiempo puedes improvisar, experimentar e incluso enseñar a otros. Pensar como ingeniera me ha dado esa base: entender los procesos en detalle para luego soltarlos y explicarlos con libertad.

Las empresas que empapan a su equipo del producto no tienen vendedores que repiten guiones. Tienen chefs de confianza: personas capaces de transmitir claridad, entusiasmo y sabor propio, incluso sin pantallas.

Cuando el conocimiento fluye de manera natural, la venta deja de ser una receta memorizada y se convierte en una experiencia auténtica que se comparte.

Letters from Vambe AI with

©2025 Vambe AI, Inc.

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