No soy papá pero lanzar productos es como serlo: nadie te prepara para el caos, pero lo haces igual.

Últimamente escribo más slacks que columnas, más código que reseñas de pelis (en https://pabloutreras.com jeje). No es que haya perdido el amor por hacerlo, es que en este último año me encontré, y también encontré a otros: Un grupo de personas que construye un mundo a su propia forma de ver.

Cuando conocí al Camhi estaba en esa etapa de la vida donde sientes que necesitas prenderle fuego a todo y empezar de cero de una vez por todas. Esa sensación agria de estar atrapado hace años en un lugar donde, aunque hayas demostrado que puedes hacerlo TODO, la gente sigue preguntándote si estás seguro de lo que eres capaz. Estaba cansado.

Entonces apareció Vambe.

En ese momento, apenas una idea en las mentes de un grupo de locos hace un año que, como yo, creían que las cosas se podían hacer mejor. No había oficina, pivotaban desde cobranzas y había realmente nada que se pareciera a una empresa real. El living de Matias, los mejores almuerzos de Paulette y sobremesas únicas que tuve la oportunidad de vivir. Todos con la convicción de que podíamos romper el molde en un país donde "se hace lo que se puede" es prácticamente el himno nacional.

Llegué antes de mi primer día oficial porque, honestamente, no podía quedarme quieto. Empecé a criticar, reunir, armar como si fuera mi casa y acabara de llegar de un viaje de años. Y después de semanas me vino una sensación, le pregunté a Nico: "Oye, ¿no tienen dudas de todos los cambios que estoy haciendo?" Su respuesta fue con cara de desdén:

"No wn, ¿cómo? Si tú eres el que sabe de esto, confiamos en ti." Ahí, entendí la diferencia entre trabajar CON gente y trabajar PARA gente.

Éramos varios locos con la misma obsesión: Hacer que esto funcione. Los milestones se cumplían hasta sin darnos cuenta, el Shield se llenó, los clientes llegaban, y yo seguía esperando el momento en que alguien me dijera: "Pará, ya estuvo bueno el experimento"... Ese momento nunca llegó.

Me ha tocado pivotar entre roles, y no es caos, es jazz.

A veces eres el baterista, el saxofonista, pero siempre estás en la misma canción. Y honestamente, ha sido la mejor experiencia de mi vida. No porque sea fácil (spoiler: no lo es), sino porque cuando construyes algo desde cero con gente que confía en ti, te quiere y quieres, cada pequeño triunfo se siente más fuerte (solo que te pega mucho tiempo después).

Y como hoy, me queda mirar hacia atrás y reconocernos a todos, porque me emociona y me llena de orgullo.

Gracias Nicolas, Matias y Diego Chahuan. A Joaquín, Edwards, Karlezi, Francisca. Al equipo comercial increíble, Alejandro, Isabel, Michelle, Fritz. Gracias a todo Vambe. Con ustedes siempre, SIEMPRE porque VAMBE IS FOR THE BUILDERS WHO REFUSE TO SETTLE.

Mercur, Iris, Axis, Ads.

PD: Si alguien me pregunta qué hago exactamente, la respuesta honesta es "lo que sea necesario". Y resulta que eso es exactamente lo que siempre quise hacer.